Las comunidades embera del Alto San Juan construyen circuitos laborales durante la colonización del Madalena Medio. La oferta laboral fue copada por jóvenes solteros que permanecían en La Dorada, Puerto Boyacá, Cimitarra, Puerto Nare o Yacopí durante meses o años. Asimismo, familias y parentelas completas se dirigen al Magdalena Medio, en ese escenario Juan Leiva logra adquirir un lote en la vereda Guanegro (Puerto Boyacá)
Durante la colonización del Magdalena Meido, los y las Leiva colonizan tierras sobre el río Ité ubicado entre la jurisdicción de Remedios y Puerto Berrío (Antioquía). En esa comunidad conocen a Saulo Dovigama que provenía de la vereda Amurrupá (Pueblo Rico, Risaralda)Saulo se emparenta con Ermilda Leiva. Luego de unos años en Ité, son masacrados por la guerrilla, lo que los obligó a desplazarSe a la vereda Amurrupá donde la familia Dovigama.
Ingresa la guerrilla, FARC, al Alto San Juan e inician enfrentamientos con la fuerza Pública en Santa Cecilia (Pueblo Rico, Risaralda). En ese escenario son asesinados Juan Leiva, Saulo Dovigama y Juan Bautista Tanigama e hijo. Luego de las muertes sus familiares se desplazaron a Patecava (Yacopí, Cundinamarca), corregimiento limítrofe con Puerto Boyacá en el río Guaguaquí.
Inician los trámites para constituir los resguardos de Peñas del Olvido (Tado, Chocó) y Gito Docabú (Pueblo Rico, Risaralda)
Las familias desplazadas de Amurrupá inician una relación servil con las haciendas ganaderas de Puerto Boyacá y Yacopí. Esa etapa es llamada por ellos como vida "campamentera". Se denomina de esa manera porque cada jefe de hogar debía buscar trabajo y solicitar permiso a cada patrón para alojar a la familia en un campamento durante el tiempo del contrato. En ese tiempo conocen al señor Lizarazu, un militar retirado que los alojó en su propiedad en la vereda Patio Bonito (Puerto Boyacá).
Las familias comienzan a pagar arriendo en el corregimiento de Puerto Pinzón. Las parejas de jóvenes se dispersan entre la oferta laboral de las haciendas ganaderas. Después de Puerto Pinzón se instalan en el corregimiento de Puerto Perales (Puerto Triunfo, Antioquía) y luego en el sector de La Torre en el casco urbano de Puerto Boyacá. El pago de arriendos implicó fuertes humillaciones al no poder sostener los pagos, por esa razón unas familias deciden adquirir una isla cerca al caserío de Puerto Romero sobre el río Guaguaquí que era propiedad del señor Lizarazú.
La familia de Gerardo Leiva se reúne con los demás miembros de los Leiva y Dovigama en Puerto Boyacá y se instalan en la vereda Patio Bonito. Uno de los sobrinos que llegó con Gerardo, Luis Fernando, durante una búsqueda de trabajo fue desaparecido, dejo una viuda y dos huérfanas. La familia de Gerardo y su sobrino Arturo deciden instalarse en el casco urbano de Puerto Boyacá y construyen un rancho sobre la orilla del río Magdalena para evitar pagar arriendo.
Ingresan los paramilitares (Bloque Metro y Frente Héroes del Chocó) al Alto San Juan. El escenario de violencia desplazó a cientos de indígenas de la cuenca alta del río San Juan a Bogotá, Medellín, Cali, Pereira y otros municipios del interior del país. Un pequeño grupo de ocho familias nucleares embera katío del resguardo de Peñas del Olvido de la parentela de Manuel Dovigama, se dirigieron al sur del Magdalena Medio, aquella región que en la juventud de Manuel fue próspera y favorable para el embera. Las familias primero llegan a La Dorada (Caldas) y después se dirigen a Puerto Boyacá y son recibidas por Gerardo Leiva en la orilla del río.
Una creciente del río Magdalena, obligó el desalojo de los asentamientos de la orilla del río, las familias embera damnificadas son reubicadas temporalmente en el Coliseo Municipal. Allí recibieron atención y fueron caracterizadas como desplazados por la violencia, lo cual propició su reubicación en un predio rural denominado Quindío de 57 hectáreas ubicado en el sector de Mataratón. Allí se reubicaron inicialmente 12 familias, en el transcurso de un año, llegan al nuevo asentamiento el resto de familias que se encontraban dispersas en las haciendas ganaderas de la región.
Una de los hombres de la familia Dovigama del resguardo de Peñas del Olvido, regresó por semilla para cultivar en Motordochake. El resto de familia (Leiva, Tanigama y Dovigama-Amurrupá) esperaron a que el gobierno local entregara insumos agrícolas. Luego ingresa una docente del pueblo Inga para impartir primaria en la comunidad, a pesar de no contar la comunidad con un recinto para las clases. Al cabo de unos años se construyó una escuela de madera e ingresó una docente no indígena (Mercedes). Después la gobernación proveyó de energía eléctrica, el municipio instaló un sistema de agua potable en la comunidad y proveyó proyectos productivos de árboles maderables, cacao y ganado.
La Oficina de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior, reconoce la parcialidad indígena embera chamí-katío dAllí se forma la comunidad de Motordochake Alto Nacabera Dwa compuesta por 25 familias embera chamí y embera katío desplazadas por la violencia en el Alto San Juan.
Luego de la ley 757 de Justicia y Paz 2006, los grupos paramilitares del Alto San Juan y de Puerto Boyacá se desmovilizaron, en ese marcó los grupos guerrilleros retoman el control del Alto San Juan y un grupo de 19 de la vereda Bajo Gito del resguardo Gito Docabú son desterrados entre el año 2009 y 2010. El conjunto de familias arriba a Puerto Boyacá, pero son juzgadas y rechazadas por el gobierno municipal, a pesar de eso, tres familias ingresan a Motordochake.
El jaibaná y mayor de la comunidad Apolinar Dovigama (proveniente de la vereda Amurrupá) es degollado en las cercanías de Motordochake. El evento produjo la separación de la comunidad en dos grupos, uno chamí (familia Leiva y Tanigama) y katío (familias Restrepo, Dovigama de Amurrupá y Peñas del Olvido). Las familias katío inician un proceso de retorno al Alto San Juan, amparado en la Ley de Víctimas Restitución de Tierras (Ley 1448 del 2011).
Las familias katío que retornaron al resguardo de Peñas del Olvido, Gito Docabú y a la vereda Amurrupá se enfrentaron a un contexto dominado por la guerrilla, además su procedencia de Puerto Boyacá (emblema nacional del paramilitarismo), propició que no fueran bien recibidos por los grupos armados y se vieron obligados a regresar a Puerto Boyacá.Sin embargo, las familias no se dirigieron a Motordochake, se instalaron en una finca conocida como La Tebaida donde se les permitió instalar campamentos para iniciar labores de tala de bosque secundario y extracción de carbón vegetal.
El Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER) publica un estudio socioeconómico como parte de los trámites para constituir el predio Quindío como un resguardo para la comunidad de Motordochake. El estudio reconoció que el conflicto entre el grupo chamí y katío estuvo relacionado con la escasez de suelo y fertilidad del mismo. Asimismo que la Unidad Agrícola Familiar (UAF) en Puerto Boyacá está entre 50-70 hectáreas, por lo cual el tamaño de Motordochake no es suficiente para albergar 25 familias indígenas.
Durante el estudio las familias katío que estaban instaladas en La Tebaida, se dirigen al predio Libertad Dos, a pocos metros de Motordochake como parte de un compromiso electoral para garantizar su reubicación en Puerto Boyacá. Sin embargo, las carencias del predio en acceso a tierra fértil y agua potable motivan una nueva reubicación en el predio Provenir ubicado en la vereda la Fiebre. Paralelamente el 5 de octubre se ordenó la constitución de Motordochake como un resguardo para la comunidad embera chamí
El equipo de la Unidad Móvil del ICBF declaró una emergencia alimentaria de la comunidad katío en la vereda La Fiebre. La reacción institucional proveyó un sistema para abastecer de agua potable a la comunidad, sin embargo en abril de 2016 el titular del predio solicitó el desalojo de la comunidad katío, porque el compromiso de compra del INCODER se prolongó indefinidamente luego de la disolución de la entidad, lo cual obligó a la reubicación de la comunidad katío en el predio "Casaloma" en el borde urbano de Puerto Boyacá.
La comunidad katío interpuso una acción de tutela contra el INCODER y la Unidad de Víctimas, por suspender el proceso de adquisición tierras en el predio Porvenir . El 16 de noviembre del 2016, se emitió un fallo a favor de la comunidad katío que estableció un periodo de seis meses para que se realicen todos los trámites administrativos y legales tendientes y necesarios para la adquisición del predio denominado el Porvenir u otro con características similares
Un fallo de segunda instancia el 16 de febrero de 2017 revocó las órdenes de la tutela, dejando en un estado de conmoción y angustia a la comunidad katío. Luego una revisión del fallo por la Corte Constitucional, se restablece las órdenes de adquirir un predio para la comunidad katío para restituir sus derechos territoriales en Puerto Boyacá (Sentencia 737 de 2017), proceso que debía liderar la naciente Agencia Nacional de Tierras (ANT). Luego d ela sentencia la comunidad decidió que fuera reubicada en el predio La Unión
El Consejo Municipal de Puerto Boyacá ordenó la entrega a modo de donación del predio Quindío a la comunidad chamí de Motordochake para inicar el proceso de constitución de un resguardo.
Luego de dos años de vivir en la miseria absoluta en el predio Casaloma la comunidad katío decidió ocupar la hacienda Bombay como parte de una estrategia para exigir la restitución de sus derechos territoriales y las órdenes de la Corte Constitucional. La hacienda ocupada es un predio en extinción de dominio administrado por la Sociedad de Activos Especiales (SAE). La ocupación de la hacienda se mantuvo durante seis meses, sin embargo, luego de recibir amenazas por ganaderos de la región, la comunidad regresó al predio Casaloma a pesar que su proceso de adquisición de tierras en Puerto Boyacá se ha prolongado indefinidamente sin justificación y a expensas de su miseria y desarraigo en el predio Casaloma.